El miedo

Vivimos en una cultura que continuamente se esfuerza por hacernos creer que dar a luz es algo peligroso. Vídeos, películas, reportages en revistas que te recuerdan que debes sentir miedo a parir. Incluso el propio sistema sanitario y la atención a la mujer embarazada es basado en un paradigma de miedo, patología y control.

Y es que tener miedo es un sentimiento normal y saludable que acompaña a toda mujer embarazada, pero cuando el miedo controla tus pensamientos deja de ser normal y puede llegar a ser contraproducente.

Tener miedo al parto se ha relacionado con partos más largos y dolorosos según evidencia científica. Porque el miedo hace que tu cuerpo produzca adrenalina la hormona del estrés. Y la adrenalina es antagonista de la hormona oxitocina, necesaria para el buen desarrollo del parto.

Durante el embarazo, el miedo prolongado resulta en exceso de cortisol en sangre que produce vasoconstricción de los vasos sanguíneos provocando en consecuencia que el bebé reciba menos aporte de nutrientes y oxígeno. Así que un enfoque del control del embarazo basado en el miedo es contraproducente para la madre pero especialmente para el buen desarrollo físico y emocional del bebé.

No tenemos úteros peligrosos. Si podemos concebir podemos gestar, parir y criar a nuestros bebés. Solamente necesitamos creer que podemos. El miedo nos roba este poder y nos focaliza en un estado de alerta constante que nos hace dudar de nuestra propia naturaleza. El miedo nos empequeñece y nos silencia.

El miedo extremo es nuestro enemigo en el parto. El miedo es el aliado perfecto de los profesionales que te quieren callada y sumisa. El miedo desmesurado es tu batalla perdida. El miedo es regalar la victoria a quienes te supeditan.

Leer, informarse, realizar tecnicas de relejacion y meditación, ejercicio físico, buscar asesoramiento en profesionales actualizados y un círculo de mujeres informadas y empoderadas no hará que el miedo desaparezca, pero si que puedas controlarlo y racionalizarlo.

Rodea tu embarazo y parto de profesionales que te traten cómo una mujer adulta y responsable. Que puedan disuadir tus miedos en vez de crear más. Que confíen en tu cuerpo y en tu bebé, que te recuerden que eres fuerte y poderosa.

Rachel Utain Evans Photography

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