El parto vaginal de nalgas

Aproximadamente un 3% de los bebés se presentaran de nalgas al final de la gestación. Es importante no valorar la presentación hasta las 36 semanas porqué la mayoría de bebés se girarán solos durante las últimas semanas, y valorar la presentación prematuramente puede  conllevar a un exceso de intervenciones innecesarias.

La presentación de nalgas no es patológica sino una desviación de la normalidad. Fue a partir del año 2000 con la publicación del famoso estudio Hannah Trial que la visión y atención del parto vaginal de nalgas dio un giro radical.

El estudio Hannah Trial, que más tarde fue muy criticado por su poca rigurosidad y sesgos, concluía que el parto por cesárea era más seguro para los bebés que se presentaban de nalgas  y que este tipo de parto no conllevaba más riesgos para la madre.

Jamás en la historia un solo estudio había sido capaz de tener tanta influencia a nivel internacional como lo fue el Hannah Trial, que consiguió cambiar la práctica y asistencia profesional de casi todos los países desarrollados en relación al parto de nalgas. Esto como mínimo debería causar sospecha sobre los intereses que podía haber detrás.

Fue un antes y un después. A partir del año 2000 casi todos los bebés que se presentaran de nalgas nacerían por cesárea programada. Y esto conllevaría dos graves consecuencias que aun hoy persisten: El miedo atroz a los partos vaginales de nalgas y la pérdida de habilidades profesionales para atenderlos.

Se han publicado desde entonces varios estudios rebatiendo sus resultados. El primero en el año 2006, el estudio Premoda, que concluía que el parto de nalgas planificado con unos criterios de inclusión y atendido por profesionales expertos, era seguro para madre y bebé.

Más tarde se publicó en el año 2015 un meta análisis que concluía que el parto vaginal de nalgas tenía más riesgos para el bebé que el parto por cesárea pero el riesgo absoluto era muy bajo.

No fue hasta el año 2016 pero, que empezó la revolución de las nalgas. Fue el doctor F. Louwen y su equipo quienes presentaron el primer estudio realizado en Frankfurt (Alemania) donde mostraban que los resultados del parto vaginal de nalgas iban relacionados con la posición materna y la atención profesional. Los resultados del estudio mostraron que la verticalidad en el parto era esencial para obtener los mejores resultados maternos y neonatales. Y concluyeron los autores que el parto vaginal de nalgas vertical era igual de seguro que la cesárea programada para el bebé. Dicho estudio fue presentado en la conferencia internacional Teach the Breech que se realizó en Holanda el mismo año, y donde tuve el privilegio de asistir.

Durante el año 2017 se publicó la nueva guía del parto de nalgas del RCOG de Inglaterra y se presentaron 3 investigaciones relevantes en relación al parto de nalgas vaginal que concluían que:

1.La presentación de nalgas está asociada a mayor mortalidad neonatal independientemente del tipo de nacimiento. Nacer por parto vaginal de nalgas no está asociado a mayor riesgo de parálisis cerebral. Teniendo en cuenta los riegos de la cesárea a largo plazo, el estudio recomienda el parto vaginal de nalgas siempre que sea posible como primera opción (Bjellmo et al 2017).

2.Los bebés nacidos por parto vaginal de nalgas no tienen mayor riesgo de mortalidad, hospitalización durante la infancia o parálisis cerebral que los nacidos por cesárea programada. Tampoco existen diferencias en el desarrollo neurológico o de aprendizaje (Bin et al 2017).

3.El grado de información materna va relacionado con mayor porcentaje de partos vaginales de nalgas. El parto vaginal de nalgas en mujeres de bajo riesgo es una opción segura y no se observan diferencias según el tipo de parto (Abdessalami et al 2017).

Debemos interiorizar que hay bebés que se posicionaran de nalgas, y está bien que así sea, pues por alguna razón que desconocemos será. Es muy importante cambiar la visión y el paradigma de forma urgente. Estos bebés merecen también poder nacer de forma vaginal.

El parto vaginal es la forma prevista por la naturaleza y tiene infinitos beneficios para madre y bebé a corto y largo plazo. Recurrir a una cesárea debería ser siempre la última opción, no la primera.

Para poder garantizar una atención segura y opciones reales debemos reciclar los profesionales de atención al parto de forma urgente. No es algo imposible, esto ya está en marcha en países desarrollados de nuestro entorno. Solamente necesitamos ganas de cambio, intención e información.

Las tres reglas de oro en la nueva era de la atención al parto vaginal de nalgas son:

1.Hands off: No tocar nada, no realizar maniobras a no ser que sea preciso.

2.Verticalidad y libre movimiento: Evitar el uso de epidural y en caso de utilizar dicha analgesia que sea una walking que permita movimiento y posturas verticales, ya que reducen significativamente el riesgo de complicaciones y necesidad de maniobras.

3.Clampaje tardío del cordón umbilical: Los bebés nacidos por parto vaginal de nalgas suelen nacer con un APGAR más bajo pero se recuperan rápido. Es especialmente importante que no se corte de forma precoz el cordón umbilical en estos casos para evitar una hipoxia fetal.

La evidencia científica es clara, desmitifiquemos el parto de nalgas, cambiemos el paradigma. No está justificada una cesárea programada de entrada y como única opción, sin haber valorado si mujer y bebé son candidatos a un parto vaginal de nalgas previamente y sin informar a la mujer sobre los riesgos beneficios de cada opción disponible.

Parir de nalgas es seguro, siempre que se cumplan unos criterios de inclusión y mujer y bebé sean atendidos por profesionales que tienen experiencia en este tipo de partos.

Más información :

https://www.thelancet.com/journals/lancet/article/PIIS0140-6736(00)02840-3/abstract

https://www.ncbi.nlm.nih.gov/m/pubmed/16580289/

https://obgyn.onlinelibrary.wiley.com/doi/full/10.1002/ijgo.12033

http://bmjopen.bmj.com/content/7/4/e014979

https://www.ncbi.nlm.nih.gov/m/pubmed/28029180/i

https://www.midwiferyjournal.com/article/S0266-6138(16)30308-4/abstract

https://www.rcog.org.uk/en/guidelines-research-

services/guidelines/gtg20b/

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4 Comments

  1. Dolores

    Llevo 40 años de profesión y estoy totalmente de acuerdo ,con un protocolo de inclusión y con profesional cualificado es tan seguro o más q una cesarea y por supuesto q un forceps o ventosa

    En mis comienzos se hacian los partos de nalgas , y asisti a varios y salvo un caso , q no cumplia uno de los requisitos de inclusión ( feto macrosomico) todos se desarrollaron con normalidad

    Mi hermana pario a mi sobrino de nalgas , varon de 3200 g sin problema , se puso de parto a las 6 de la mañana y a las 10 y 30 más o menos nacio
    Era su primer hijo , y todo fue genial , un hematoma en el músculo esternocleidomastoideo q desapareció con el tiempo , esta muy sano y es un deportista excelente , ademas de maestro

    1. Laia Casadevall

      Gracias por el testimonio, saludos!

  2. Mercedes

    Mi primer nacimiento asistido como partera, fue una joven mujer primeriza de termino que ingreso en periodo expulsivo (dilatacion completa, bebe encajandose) y de nalgas completa. Fue en un pueblo del interior donde estaba realizando un voluntariado; un niño de sexo masculino de unos 3500g. El nacimiento se desarrollo espontaneamente, casi sin necesidad de realizar ninguna maniobra, solo recibirlo pacientemente a medida que se exteriorizaba su cuerpito. Tuve oportunidad de ver varios nacimientos en podalica, cuando aun se asistian y los docentes medicos y parteras, enseñaban. Luego ya recibida y trabajando en el interior, pude asistir varios sin complicaciones gracias a Dios. Lamento que se haya dejado de enseñar la Version Cefalica Externa, esto bajaria el indice de cesareas. Lo mismo con la asistencia del parto de nalgas. pero ojo! el asistido por Parteras…porque cambia mucho cuando es el Medico el que esta presente; aun intervienen demasiado.

    1. Laia Casadevall

      Muchas gracias por tu testimonio tan interesante, un abrazo!

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