El inicio de la maternidad

No es fácil.

Madres exhaustas, partos medicalizados, traumáticos, programados, hormonas sintéticas, separaciones de madres bebé, escasa ayuda real en el inicio de la lactancia…

Las inseguridades, los comentarios externos, los mensajes contradictorios, la falta de apoyo se juntan a las dificultades físicas y la sensibilidad emocional extrema.

Parece ser que la naturaleza se ha vuelto contra ti. Quieres hacerlo bien pero algo está fallando. Y no eres tu.

Vivimos en una sociedad donde prima lo fácil y rápido. Donde se premia el final pero no el camino. Una sociedad que ha perdido la esencia del hacer y estar. Y precisamente maternar requiere de todo lo anterior.

Implica parar el tiempo y los relojes para volcarse en ti y tu bebé y vuestras necesidades. El inicio precisa amor, paciencia, confiaza y apoyo.

Requiere desconectar del mundo exterior lleno de prisas y carreras. Requiere adentrarse en lo más profundo de nuestro ser, y a veces da miedo.

Pero cuando lo conseguimos, cuándo conectamos con la esencia de nuestro yo más primal e instintivo es cuándo empezamos a conectar también con nuestra cría y sus necesidades.

Nos volvemos lobas protectoras y salvajes, capaces de todo.
A veces esto dará miedo, a nosotras, a los demás.

Volver a conectar es lo que necesitamos, y buscar que nos acompañe sólo quien así lo entienda y apoye.

No hay fórmulas mágicas. Sabrás que lo estás haciendo bien si lo que haces es desde el corazón, la información y la conciencia absoluta. Confía.

Kayla Gonzales/Austin Birth Photo

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2 Comments

  1. Ana

    Me encanta el blog!! Ojalá te hubiese encontrado hace 16 meses, cuando parí a mi pequeña Eider!! Hice plan de parto, estaba tranquila, no me asustaba dar a luz, pero tuve un parto traumático: Oxitocina por vía, espátulas y Maniobra de Kristteller a pesar de que no había sufrimiento fetal. El resultado aún me pesa: Desgarro anal de Grado 3 e incontinencia urinaria. Salí del hospital con mi pequeña en brazos, una sonda y una bolsa recolectora de orina. Me sentía indefensa, me sentía pequeña, débil, culpable, por no poder atender a mi bebé como debía hacerlo, como me nacía hacerlo. Fue una sensación desgarradora, dolorosa, sentir que te ignoran en tu parto, sientes que no eres más que un recipiente que contiene al bebé. Me sentí tan sola porque el personal sanitario mismo te dice según palabras textuales:-«Es un parto, en un parto hay daños colaterales, riesgos que se corren al dar a luz. La niña está bien, es lo que importa»- y entonces reflexioné, lloré y me lamenté, por no haberme puesto mucho más firme al decir que no quería más oxitocina, ya que había dilatado perfectamente sin ella, que deseaba parir sentada y no me lo permitieron, que quería extraer yo misma a mi pequeña y poder verla nacer y en su lugar, una ginecóloga puso sus brazos en mi vientre y apretó fuertemente con las contracciones y mi periné se desgarró, y con él, una parte de mi también se desgarró. Desde entonces, ya no he vuelto a ser la misma, soy madre, pero siento que he perdido parte de mi vida, porque tengo que tomar medicación para soportar los dolores de la cicatriz, relaciones dolorosas, una incontinencia que puede que mejore algo con cirugía y una niña preciosa, por la que daría mi vida. Sólo quiero darte las gracias porque al leer el blog, me he dado cuenta de que los partos felices no son una utopía, porque ese momento no debería arrebatarsele a ninguna mujer. Simplemente gracias por trabajar para conseguir partos respetados para la mamá y su bebé.

    1. Laia Casadevall

      Cuánto siento tu experiencia Ana, ojalá puedas sanar todo éste daño. No es justo que una mujer se sienta así después de haber parido. Busca una profesional que pueda ayudarte psicológicamente a sentirte mejor y a recolocar toda ésta experiencia, y por favor, pon una queja al hospital. Hazlo por tí, hazlo por todas. Un abrazo fuerte ❤️

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