Reducir las intervenciones en los partos normales
Muchas de las prácticas obstétricas habituales podrían ser cuestionadas por su falta de evidencia y pocos beneficios demostrados en gestaciones normales. Cuando hablamos de un parto normal, es decir, la gestación ha transcurrido sin incidencias y madre y bebé están sanos, la evidencia ha mostrado que limitar las intervenciones médicas aporta beneficios para ambos y mayor seguridad y satisfacción.
El Colegio Americano de Obstetricia y Ginecologia (ACOG) ha publicado recientemente un comunicado haciendo unas recomendaciones generales para disminuir las intervenciones en el parto y mejorar los resultados perinatales. Entre las recomendaciones se encuentran:
- Auscultación intermitente del latido fetal.
- Alivio del dolor no farmacológico incluyendo el masaje y la hidroterapia.
- Ingreso hospitalario en fase activa del parto (a partir de los 4cm de dilatación cervical).
- Hidratación oral y no endovenosa.
- En caso de rotura prematura del la bolsa del líquido amniótico a término valorar el manejo expectante vs el manejo activo (inducción) y que la mujer elija según sus circunstancias y preferencias.
- Una matrona para cada mujer (one to one care).
- No realizar amniotomia de rutina (romper la bolsa del líquido amniótico para acelerar el parto).
- Libre movimiento.
- Dar tiempo en la fase del expulsivo y oportunidad de empujar cómo la mujer desee y sienta.
Además añado que pocas mujeres necesitarán una episiotomia en el parto si se les da tiempo y movilidad, a pesar de las altas tasas que tenemos en nuestro país que rondan el 40%.
Una vez nacido el bebé, el piel con piel y la no separación materna son decisivas para el vínculo madre hijo y el establecimiento de la lactancia materna. Además se recomienda no clampar y cortar el cordón umbilical de forma temprana sino esperar a que este haya dejado de latir.
El parto y nacimiento son eventos fisiológicos y por norma general están previstos para que se desarrollen con normalidad y sin incidencias. La evidencia y la experiencia nos han demostrado que menos es más, y esto precisa de desaprender prácticas que habíamos integrado cómo normales y necesarias. La confianza, acompañamiento y la mirada de normalidad de una matrona son la mejor inversión en salud para madres y bebés. Dejemos la tecnología, los médicos y las intervenciones para los casos que realmente si lo precisan. Es hora de encontrar el equilibrio perdido.
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