Bienvenido Guim
Después de un embarazo tranquilo, confiado, lejos de pruebas innecesarias y del sistema, Guim decidía nacer el día 14 de Julio de 2021 a las 39 semanas y un día.
La noche antes estaba en la cama junto a Bru, que dormía abrazado a mi barriga. Acaricié a Guim y me dormí con un presentimiento de que era el último día que vería esta preciosa imagen.
A las 3:30 de la madrugada me despertó una contracción y me levanté rápido al notar que había roto aguas. Dejé que el líquido cayera por mis piernas, olía tan bien. Encendí la luz de la mesilla de noche, esperado no despertar a Bru, para ver el color que era claro transparente.
Desperté a Marc y le dije que había roto aguas. Le dije que limpiara todo y fuera preparando las cosas para el parto. Yo después de asearme y ponerme un pañal de bebé para que absorbiera el liquido que iba cayendo, volví a la cama con Bru. Guim se movía y estaba contento, le acaricié, pronto le conocería al otro lado de la piel.
Avisé a Inma, mi matrona. Aunque no estaba de parto, le llamé con tiempo, tal y cómo habíamos acordado, para que pudiera venir tranquila y sin prisas, pues vive a una hora de camino y sabía que cuando empezara el parto activo todo iría rápido.
Marc iba preparando las cosas del parto en casa de mi prima Laura, que nos había dejado su casa para el gran momento. Nosotros hace un año vendimos nuestro piso de Barcelona para comprarnos una casa en mi pueblo cerca de la familia. Y la casa seguía en obras en el momento del parto. Estábamos viviendo en casa de mis padres y justo el día antes del parto, mi prima (que vive al lado) se había ido junto a su familia de vacaciones dejándonos las llaves de su hogar para tener un espacio íntimo. Le estaré eternamente agradecida por este regalo, que mágicamente cuadró.
Cuando Marc tenía todo el material preparado en casa de Laura y había adecuado el espacio a nuestra manera vino a avisarme. Desperté a mis padres para explicarles que el viaje de Guim empezaba. Mi madre se tumbó al lado de Bru y yo le di un beso, pronto ya no seríamos 3 sino 4. Mi padre ayudó a Marc con un problema de logística con la manguera para llenar la piscina y una vez todo solventado, nos fuimos Marc y yo a hacer nido en casa de mi prima.
No tenía muchas contracciones, estaba de preparto. Las olas iban y venían sin patrón y llegó un momento que pararon. Llegó Inma, escuchó el latido de Guim y le dije que mejor se instalara arriba y aprovechara para dormir. Ya la despertaría cuando empezara el parto activo. Marc y yo nos dormimos a bajo, con la luz de las velas. Sólo me apetecía estar con él.
Por la mañana todo seguía tranquilo, tenía mucha hambre y mi madre nos bajó desayuno. Comí mucho y me sentó genial. Bru vino a verme, estaba contento y emocionado. Sabía que pronto nacería Guim. Quería quedarse, pero le explicamos que aún no era el momento, que podían pasar horas y mejor fuera a jugar con sus primos en casa de los abuelos (que está al lado).
Bru se fue, habíamos desayunado todos y seguimos en calma. Volvimos a dormirnos, entre alguna contracción que me acompañaba.
A Las 12 del mediodía me despertó una fuerte contracción que me hizo levantar y vocalizar. En pocos minutos volvió otra contracción igual. Eran fuertes, intensas, dolorosas. Me senté en la pelota y movía mi pelvis mientras respiraba fuerte y gritaba con cada contracción. Inma se despertó con mis gritos y bajó rápido.
Al ver que el parto activo había empezado, llenaron rápido la piscina de partos. El dolor era intenso y necesitaba sumergirme en agua.
Cuando la piscina estaba llena entré en seguida. Alivio. No dio tiempo a casi nada, todo sucedió rápido. Avisé que estaba notando su cabeza bajar muy rápido, le tocaba con mis dedos.
Marc empezó a gravar con el móvil para inmortalizar el momento. Inma me ponía paños de agua fría en la frente que agradecí enormemente.
Empujaba fuerte mientras iba notando con mis manos su cabecita asomar. Tan redonda y perfecta. Cuando salió, pasaron unos minutos de gloria en los que él vivía entre dos mundos y un último pujo y mis manos le acompañaron para nacer. Eran las 12:46h, solamente 46 minutos de parto activo. Guim vino al mundo decidido y fuerte. En absoluta compenetración conmigo. Qué increíbles nuestros cuerpos.
Le abracé, le acuné mientras sentía un placer increíble. Lo miré y acaricié, era perfecto, El amor corría por mis venas. Tan pequeño, tan dulce, tan precioso. Su cordón latía fuerte mientras la placenta seguía dentro de mí. Él buscaba mi pecho y enseguida empezó a mamar. La placenta se desprendió y nació unos minutos después.
Salimos del agua y nos tumbamos en el sofá. Sangré un poco más de lo habitual, Inma me administró medicación para parar el sangrado.
Bru llegó para conocer a su hermanito, que dulce encuentro. Mis padres le acompañaban emocionados.
Era hora de comer ya, los dos nos encontrábamos estables y bien y volvimos a casa de mis padres. Mi madre había preparado comida para todos. Y así, entre en la cotidianeidad y la magia celebramos la bienvenida al mundo de Guim juntos. ¡Felicidades pequeño, eres mi segundo gran maestro!
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